Sinapsis por sinapsis

PREGUNTA DE LA SEMANA

Hace unos días me encontré en una extraña situación.
Estaba yo generando un leve embotellamiento vial porque estaba esperando que un viene viene moviera un coche para yo meter el mío.
De pronto se me empareja una persona, por momentos juré que me mi querida madre quedaría saludada, pero no. Resulto que en el carro había dos mujeres muy agobiadas. Una de ellas me comenzó a decir con tono muy convincente que le habían vaciado la cajuela y se habían llevado la bolsa y que necesitaba dinero para ir a toluca en ese instante, pero no tenía gasolina... ok. Entre todos los claxonazos que acompañaron a la explicación (porque ahora estabamos bloqueando toda la calle) yo entendí la mitad.
Para no hacerles el cuento largo, abrí mi billetera (¡carajo! sí tenía dinero), tome un billete de $200 y se lo dí.

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¿Tú le hubieras ayudado a la señora?
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Quizá me pasé de buena onda, tal vez me vi muy ingenuo, pero por un lapso de tiempo ese billete me dio una sensación de alegría, la satisfacción de saber que esa pudo haber sido una amiga o familiar. Me sentía muy feliz hasta que poco después la duda me asaltó... maldición.