Cambiar la historia sería fácil.
Bastaría con tirar un boleto del metro
o empujar levemente a un mesero
para que derrame vino sobre una mujer
recién llegada del viejo continente.
Entonces se cambiaría de lugar
y no conocería al hombre
con el que cupido la flecharía
y con el que después se arriesgaría.
Siendo así, tal vez no se hubiera convertido
en la moderadora que conocí hoy
y yo no hubiera escrito jamás esto en mi blog.
Bastaría con tirar un boleto del metro
o empujar levemente a un mesero
para que derrame vino sobre una mujer
recién llegada del viejo continente.
Entonces se cambiaría de lugar
y no conocería al hombre
con el que cupido la flecharía
y con el que después se arriesgaría.
Siendo así, tal vez no se hubiera convertido
en la moderadora que conocí hoy
y yo no hubiera escrito jamás esto en mi blog.
... o quizá sólo lo hubiera posteado después.
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