OSOS DE MI VIDA

Cuando mi familia no me dice Bernie, me dice Ber. Como cuando alguien dice oso en Inglés.
No sé si eso tenga algo que ver con mi predisposición a cometer actos vergonzosos en ciertos momentos de mi vida. Como aquella vez que por escuchar mal pasé al frente de un auditorio lleno cuando no me tocaba. Me dio tanta verguenza que simulé preguntar algo a una de las personas que estaba allá arriba. Supongo que nadie me la compró, pero bueno.
Sin embargo he decidido dejar de traumarme por mis osos. En lugar de eso me reiré de ellos compartiéndolos con mi casi nulo ciberauditorio, a ver si así aprendemos algo de ellos.
Para iniciar esta nueva sección comentaré lo que me pasó el fin de semana pasado. Era el primer cumpleaños del hijo de Carlos, un buen amigo mío. Por causas que no vale la pena recordar llegué tarde a tal evento. -¿Ya partieron el pastel?- Pregunté. -Me parece que sí- Contestó alguien. Así que después de comer me levanté un poco desanimado por mi postre. Ahí estaba, era uno de esos pasteles hechos con pequeños panquecitos. Si no los conocen, entonces imaginen un montón de mantecadas formando un rectángulo y póngales encima crema batida para que todo parezca una sola pieza. Por la forma del pastel se podría decir que alguien ya había tomado su respectivo panquecito, pero poco después aprendí que estos tipos de pastel no tienen forma cuadrada, y que yo había "partido" el pastel sin darme cuenta.
Moraleja: los pasteles de panquecitos no siempre son cuadrados, si sobran panquecitos los acomodan abajo sin terminar la fila.
Moraleja 2: siempre preguntale a los organizadores del evento si ya partieron el pastel.

Cuando mi familia no me dice Bernie, me dice Ber. Como cuando alguien dice oso en Inglés.
No sé si eso tenga algo que ver con mi predisposición a cometer actos vergonzosos en ciertos momentos de mi vida. Como aquella vez que por escuchar mal pasé al frente de un auditorio lleno cuando no me tocaba. Me dio tanta verguenza que simulé preguntar algo a una de las personas que estaba allá arriba. Supongo que nadie me la compró, pero bueno.
Sin embargo he decidido dejar de traumarme por mis osos. En lugar de eso me reiré de ellos compartiéndolos con mi casi nulo ciberauditorio, a ver si así aprendemos algo de ellos.
Para iniciar esta nueva sección comentaré lo que me pasó el fin de semana pasado. Era el primer cumpleaños del hijo de Carlos, un buen amigo mío. Por causas que no vale la pena recordar llegué tarde a tal evento. -¿Ya partieron el pastel?- Pregunté. -Me parece que sí- Contestó alguien. Así que después de comer me levanté un poco desanimado por mi postre. Ahí estaba, era uno de esos pasteles hechos con pequeños panquecitos. Si no los conocen, entonces imaginen un montón de mantecadas formando un rectángulo y póngales encima crema batida para que todo parezca una sola pieza. Por la forma del pastel se podría decir que alguien ya había tomado su respectivo panquecito, pero poco después aprendí que estos tipos de pastel no tienen forma cuadrada, y que yo había "partido" el pastel sin darme cuenta.
Moraleja: los pasteles de panquecitos no siempre son cuadrados, si sobran panquecitos los acomodan abajo sin terminar la fila.
Moraleja 2: siempre preguntale a los organizadores del evento si ya partieron el pastel.
1 comment:
jajajaja, estuvo bueno.
Me recordaste el capítulo de Friends donde Chandler le dice al niño que es adoptado y luego que no existe Santa Claus.
Post a Comment